Hace casi dos años que el incendio de la catedral de Notre Dame arrasó con el techo, la aguja y parte de sus paredes. La tristeza que sentí en su día es la misma que al conocer que la reconstrucción en su material original acabará con casi 1300 robles centenarios que tendrán que ser talados.
Se sacrifican unos árboles que son los pulmones y testimonio en vida de siglos de historia y que sucumben en nombre de la tradición y el egocentrismo humano.
La decisión de utilizar el mismo material original, pese a que hay otros materiales más ligeros e ignífugos, tiene por finalidad cubrir más de 100 metros de largo de techumbre y un crucero de más de 40 metros de ancho. No es de extrañar que debido a su extensión se le denominará “el Bosque” por su extensión y belleza.
Lamentablemente, que haya que reducir un bosque y quitar el hogar de tantos animales que viven en ellos, para recrear otro bosque artificial por mucha joya gótica que sea, se me encoge el corazón al ver como el hombre seca su entorno y pone obstáculos para su regeneración natural.
Se talan casi 1300 robles centenarios, gemas del bosque, para reconstruir una joya gótica
Fuentes:
Notre-Dame de Paris : les plus beaux chênes de France pour la flèche, son socle et le transept
Notre-Dame : une forêt au cœur de Paris
Seleccionan el millar de robles centenarios cuya madera servirá para reconstruir Notre Dame