
El objetivo de que Alemania obtenga el 80 por ciento de su energía de las renovables para el 2050 se tambalea.
Según publicaba ayer el diario británico The Guardian, Alemania pone en riesgo su ambicioso plan de producir la mayor parte de su energía del sol, del viento y de otras fuentes renovables por el recorte de las ayudas que su gobierno ha implantado en este sector.
Mientras que en otros países existen subsidios para impulsar la energía nuclear y para sostener la energía procedente de combustibles fósiles debido al poder de estos lobbies, en Alemania las renovables juegan en desventaja.

Como ejemplo el rotativo señala a SolarWorld, uno de los mayores productores mundiales de paneles solares. Esta empresa con sede en Bonn perdió un litigio de anti-dumping contra los productores chinos.
La indignación se ha extendido en el país contra la medida de Joaquín Almunia, el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de la Competencia porque encima de que a partir del año que viene se reducen los subsidios para la industria solar al considerarla que alcanza un nivel de “madurez”, el comisario permite que la nuclear siga financiándose de los fondos públicos durante otros 30 años en el Reino Unido.
Al margen de estos despropósitos políticos, la innovación en la energía solar sigue avanzando. En el laboratorio de investigación energética de Oldenburg, la placas solares son cada vez más finas y se están desarrollando en diferentes colores. Los nuevos paneles tienen un grosor de sólo un micrómetro en comparación con las 200 micras de los paneles tradicionales.
Fuente:
German solar ambitions at risk from cuts to subsidies (The Guardian)