Desde que el Parlamento Europeo aprobó la Directiva 2002/91/CE en el que se fomentaba la eficiencia energética de los edificios y las viviendas han transcurrido diez años hasta que el pasado 1 de enero entró en vigor la obligación de emitir un Certificado de Eficiencia Energética para los inmuebles de segunda mano.
Hasta este año se exigía un certificado parecido para la obra nueva. Sin embargo con la nueva normativa, toda persona que tenga intención de vender o alquilar su vivienda, local o edificio ahora tendrá previamente la obligación de obtener un certificado que avale el aprovechamiento energético del inmueble.
En España, el coste de este certificado dependerá del precio de mercado que se irá definiendo con el tiempo. En otros países, como en el Reino Unido el precio oscila entre los 50 y 150 euros.
Niveles de eficiencia
La clasificación de eficiencia energética es similar a la que conocemos de los electrodomésticos, con la diferencia que ahora será una sola letra, y que va desde la A, la vivienda con más eficiencia energética, a la G.
Con el certificado se aportarán unos consejos para mejorar de nivel, lo que permitirá un ahorro sustancial en el consumo de energía y que, de alguna forma, compense la subida de la factura de los distintos suministros.
Finalidad
El propósito de esta medida es que se consuma energía de forma eficiente para que contaminemos menos, ayudemos al medio ambiente y a nuestros bolsillos porque notaremos también un ahorro.
Además, poseer la etiqueta A se convertirá en otro punto a favor a la hora de posicionar nuestra vivienda en el mercado, porque potenciales inquilinos y compradores ahora buscarán el mejor nivel posible.
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